Raphaella
Painting: Acrylic and Oil on Canvas.
Size: 50 H x 40 W x 1.7 cm
2016
"Once generaciones antes del sonado nacimiento de Rapunzel, por el lado materno de quién pasaría a la historia como la mujer con el pelo más largo del planeta, vivió Raphaella, su transtatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatarabuela, la mujer que desafió todas las leyes de la gravedad—aún antes de que existieran—y pasó a la historia como la mujer con los brazos más largos del planeta.
Los padres de Rapahella eran masones de nacimiento por lo que Raphaella y sus tres hermanas mayores también crecieron entre ladrillos de piedra de catedrales semiconstruidas. Pero cuando Raphaella cumplió ocho años un extraño amor por las alturas le invadió el corazón. Durante el día se escapaba sigilosamente, evitando sus deberes de construcción, hacia el bosque donde se pasaba horas encaramada a los árboles más altos. En una de éstas escapadas, Raphaella se topó con un grupo de ardillas voladoras y tras pasar un buen rato viendo cómo se impulsaban entre las ramas y no se caían, ella decidió imitarlas.
Eligió la rama de la que quería colgarse, respiró hondo, se llenó de valentía y se lanzó al vacío, con la buena y mala suerte de caer en picado desde 23 metros de altura exactamente sobre sus dos bracitos, que se rompieron inmediatamente en 111 pedazos cada uno.
Las hermanas la encontraron desmayada en el bosque al día siguiente rodeada por el grupo de ardillas que Raphaella había intentado imitar. Pero las hermanas nunca olvidarían ese momento, era una imagen surreal: la niña, desmayada, sobre un lecho de hojas crujientes, con 111 ardillas dándole besos en los brazos y cubriéndole el resto de cuerpecito con sus colas como para mantenerla calentita y protegida de los peligros del bosque. Y aunque el desmayo le duró 8 días enteros, cuando Raphaella por fin se despertó un extraño fenómeno ocurrió. Los brazos le colgaban como un par de lazos, pero no le quedó ni el mínimo resquicio de hinchazón, dolor o deformidad. A partir del accidente los brazos le empezaron a crecer al ritmo de un centímetro cada año.
Cuando Raphaella cumplió 18 años, los brazos le llegaban a las rodillas y aunque sus padres pensaron varias veces en venderla al circo, las hermanas los convencieron de no hacerlo, asustándolos con una elaborada historia sobre la venganza de las ardillas. Así fue que por miedo y vergüenza los padres obligaron a Raphaella a vivir en el bosque, donde se pasó el resto de sus días adorando las alturas y hablando con las ardillas."